Flashback

Se que algo no está bien en mi mente, y es peor cuando no es suficientemente claro como para ponerle nombre y pavonearse en la constante competencia de rareza. Mis recuerdos regresan por partes, que luego se irán para que otras lleguen sin un orden. A veces tomo una actitud, modesta manera de llamarle al cambio de orden en la mente incluyendo recuerdos y algo que no me atrevo a decir por que no tiene la suficiente fuerza para serlo.

La lluvia de recuerdos es tan vaga que no me deja entender si es la revelación que me despierta de un estado de aletargamiento, o solo me confunde y me desvía de la estabilidad actual, aunque esta podría ser un estado negativo del que hay que sacudirse para dar el añorado paso que intento dar. Tal vez así logre encontrar esa puerta, ese otro lado del espejo, esa ventana oculta, o aquella madriguera escondida.

Tengo un temor nuevo, que si todo lo que tengo de paz y tranquilidad sea producto del olvido, que el no preocuparse por lo que halla sucedido, ni conservar rencores sea solo producto de este. Por eso necesito tomarlos y organizarlos, mantener mi objetividad y confirmar que el paraíso es real y pasar al otro lado, ese que me dice que por estar maravillado de este fantástico parque de diversiones, no me he dado cuenta de que solo estaba jugueteando en la entrada, y tengo que correr y recibir de golpe los estímulos que no había notado, o que había olvidado, dejarme inundar en la locura que me dará ese estado de estabilidad real y plena, una felicidad no superficial y fácil, sino sublime. Recuerdo que cuando mi amor era un anhelo inalcanzable, una diosa que deseaba a toda costa, miraba con tanto recelo como algo que no podía aceptar que fuera mas que mio, estuviera tan distante. Era tan buena en todo, tan genial en cada cosa que hacía y decía, tan talentosa, tan bella, la mujer perfecta para mí... Demasiado. No quería que fuera tan buena por que la sentía mas difícil de alcanzar, me comparaba y quería ser mejor que ella por el simple hecho de tener derecho a reclamarla. Me sentía tan inferior y lo era, solo era una cascara vacía que intentaba pulirse y brillar. Pero logré crecer hacia adentro, llenar mucho de lo que estaba vacío al punto en que me perdí en ese caos. Este tren que ha llevado mi vida a una velocidad nunca antes vista, lamentablemente haciendome perder de mucho, tantas cosas que ninguna pasa por la puerta.

Hoy me doy cuenta de que ni en ese entonces podía vislumbrar lo maravillosa que es, así como no tenía idea de que tanto podía llegar a amar. Si bien diosa se queda corto, solo puedo decir que es el amor de mi vida, por quien haría lo que sea. No solo lo veo con ojos de un enamorado, sino además con los ojos objetivos de un observador. Por que al verla con ojos de amante omití asuntos que no competían al amor, dejando mucho de mi vida enfrascado y conflictuándose en otra área, cuando la parte que me falta siempre estuvo a mi lado, y este brillante nuevo mundo abre lentamente sus puertas, con suficiente espacio para dos. Parece que la respuesta esta cerca y solo puedo pensar en lo afortunado que soy, por la persona tan maravillosa que tengo a mi lado y por donde me dirijo junto a ella.